Martes 9 de Octubre de 2018
Primera Lectura Gálatas 1:13-24
Salmo Responsorial Salmo 139:1-3, 13-15
Evangelio segun San Lucas 10:38-42
38Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa.39Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra,40mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.»41Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas;42y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada.»
Reflexión de un laico.
Marta y Maria, dos hermanas y ambas estaban en presencia del Maestro. Una lo escuchaba y otra servia, no había ningún mal en lo que hacia Marta, servia a El Maestro que también es importante. Maria eligió escuchar a El Maestro. Ocurre igual en nuestra vida como laicos,nos atareamos mucho pero también necesitamos momentos de silencio, momentos de oración, escucharlo a El.
Hacer un paréntesis en nuestro día para escucharlo; nuestra modo de oración se va a ir desarrollando a lo largo de nuestra vida, ella va madurando y dando frutos con el tiempo, nuestras experiencias y determinadas circunstancias nos harán madurarla como también puede mantenernos cerca al Maestro. Tampoco podemos caer en irnos en algo radical que se convierte en hiriente al prójimo o caer en una indiferencia dejando relegado al Maestro como algo accesorio.
Pidamos a nuestro Dios Padre que por medio de nuestra oración diaria aprendamos cada día a escucharlo a El.