Miércoles 10 de Octubre de 2018
Primera Lectura Gálatas 2:1-2, 7-14

Reflexión desde el pueblo Laico
A diferencia del Evangelio según San Mateo 6:9, en el Evangelio de San Lucas, el Evangelista lo escribe mas corta. Esta es la oración por excelencia que nuestro Maestro nos enseñó durante su vida publica. Con esta oración le estamos pidiendo a nuestro Padre todo lo que necesitamos día a día. Y si hacemos un repaso de nuestra vida es precisamente lo que el Padre nos da: el perdón de los pecados y la capacidad de perdonar a nuestro prójimo, nuestro pan de cada día al poder tener siempre alimento para el cuerpo como para el alma, cuando suplicamos a nuestro Señor a no caer en lastimar a nuestros hermanos o darnos la sabiduría para reconocer y elegir no hacer el mal. En nuestra oración también reconocemos a Dios Padre como el centro de nuestra vida y ser nuestro creador.
Alguien ya le escuchaba hace unos meses, me decía que cada oración a nuestro Padre siempre es escuchada y que jamas sera olvidada ni rechazada. Atrevernos a buscarlo en la Oración día a día, es un paso de confianza a El y aceptar ser amados por El. Recordemos el Evangelio de Ayer Martes: tendremos afanes en nuestro día pero necesitamos de la contemplación primero para ir a la acción-
Pidamos a Nuestro Padre que nos de la confianza día a día para caminar según su voluntad.