Evangelio según Juan
Jn 8, 12-20

Una realidad en la historia de la humanidad es la llegada de Cristo al mundo, y su llegada trajo una revolución que aun continua. Una revolución con altibajos como cualquiera, tiene sus etapas que va de acuerdo como va avanzando la humanidad, El Cristianismo en dos mil años con sabiduría ha logrado hacer frente a los embistes de la humanidad y ganar la batalla frente a distintos escenarios que ha destapado a una crisis.
Por eso en Cristo, que ha hecho sus sacrificio en cruz sigue haciendo ese aquel efecto en el mundo , para aquel pueblo aun no era claro quien era, el miedo de perder el poder y su percepción o interpretación de la libertad hacían ver a Cristo todo lo contrario ya que lo traía Cristo no era lo que ellos querían.
Todavía el Cristiano tiene mucho por hacer, es decir llevar esa luz al mundo, ser un portador de la Palabra y no hablo de ser un tipo aquel que desprecia y es mas que otros, al contrario, es un ser que busca justicia y sigue su moral.
El Evangelio de hoy pienso en aquello, ser la luz, la guía de acuerdo a nuestro rol y realidad que estemos viviendo, no olvidar cual es nuestra responsabilidad como bautizados como también no olvidar la responsabilidad de aportar al desarrollo de la humanidad.